Grandes Maestros

 RAFAEL ALBERTI (1902-1999)

“Yo me fui con el puño cerrado y vuelvo con la mano abierta en señal de concordia entre todos los españoles”

 

 

SUEÑO DEL MARINERO

Yo, marinero, en la ribera mía,
posada sobre un cano y dulce río
que da su brazo a un mar de Andalucía,
sueño en ser almirante de navío,
para partir el lomo de los mares,
al sol ardiente y a la luna fría.

¡Oh los yelos del sur! ¡Oh las polares
islas del norte! ¡Blanca primavera,
desnuda y yerta sobre los glaciares,
cuerpo de roca y alma de vidriera!
¡Oh estío tropical, rojo, abrasado,
bajo el plumero azul de la palmera!
Mi sueño, por el mar condecorado,
va sobre su bajel, firme, seguro,
de una verde sirena enamorado,
concha del agua allá en su seno oscuro.

¡Arrójame a las ondas, marinero-
-Sirenita del mar, yo te conjuro!
¡Sal de tu gruta, que adorarte quiero,
sal de tu gruta, virgen sembradora,
a sembrarme en el pecho tu lucero!
Ya está flotando el cuerpo de la aurora
en la bandeja azul del océano
y la cara del cielo se colora
de carmín. Deja el vidrio de tu mano
disuelto en la alba urna de mi frente,
alga de nácar y cantadora en vano
bajo el vergel azul de la corriente.

¡Gélidos desposorios submarinos
con el ángel barquero del relente
y la luna del agua por padrinos!
El mar, la tierra, el aire, mi sirena,
surcaré atado a los cabellos finos
y verdes de tu álgida melena.

Mis gallardetes blancos enarbola,
¡Oh marinero!, ante la aurora llena
¡Y ruede por el mar tu caracola!

 

Este polifacético autor, nació en El Puerto de Santa María (Cádiz) el 16 de Diciembre de 1902. En la madrugada del 28 de Noviembre de 1999 a pocos días de su 97 cumpleaños, abandonaría este mundo en su casa del Puerto y junto a su mujer María Asunción Mateo, con la que se había casado en el año 1990.

 

DATOS BIOGRÁFICOS

Rafael Alberti Merello, fue el quinto de los seis hijos habidos en el matrimonio entre Agustín y María, y nieto de unos bodegueros que abastecían Las Cortes Europeas.

En 1913, ingresó en el colegio de los jesuitas, el mismo donde había estudiado el gran Juan Ramón Jiménez. En aquel ambiente se sentía discriminado y no llegó a ser un buen estudiante.

En 1917 se trasladó a Madrid con su familia y allí, en el Museo del Prado dio comienzo su amor por la pintura.

Tras el fallecimiento de su padre, empezaron a surgir los primeros versos, y, sin abandonar totalmente su afición por la pintura, fue volcando su entusiasmo en lo que sería el centro de su inspiración: La poesía.

Entre los años 1920 y 1924 reunió sus primeros poemas y presentándolos bajo el título “Mar y Tierra” ganó junto al poeta Gerardo Diego, el Premio Nacional de Literatura de 1924.

Mantuvo una unión amistosa muy fuerte con Juan Ramón Jiménez, el compositor, también gaditano, Manuel de Falla, el pintor Salvador Dalí, y en gran manera, con todos los escritores de aquella generación a la que se bautizó con el nombre de “Generación del 27”. De igual forma, estuvo muy ligado a Pablo Neruda.

Contrajo matrimonio en 1930 con Maria Teresa León, escritora que fallecería en 1988. Con ella tuvo una hija. (Aitana) Ambos fundaron y dirigieron la revista Octubre. Maria Teresa compartió con él sus años en el exilio. Éste duró treinta y ocho años. Veinticuatro en Argentina (donde publicó gran parte de su obra) y 14 en Italia. En 1977 regresó a España.

Su vida, prácticamente un mito, ha estado ligada durante casi un siglo de existencia a grandes acontecimientos culturales, políticos y sociales destacados en el mundo entero. Estuvo afiliado al Partido Comunista y colaboró, junto a otros intelectuales en el salvamento de importantes obras artísticas de Velázquez, Tiziano y otros durante la Guerra Civil Española. Dentro de su historia, no carente de éxitos y sobresaltos, llegó a compartir, junto a Dolores Ibárruri, la presidencia de las primeras Cortes Democráticas.

Desde el momento que efectuó su regreso a España, su residencia estuvo fijada en su ciudad natal, donde vivía con su segunda esposa, María Asunción Mateo, quien le acompañó y representó durante los últimos años.

 

 

 

En su haber, existen numerosos premios, entre los que destacan:

Premio Nacional de Literatura 1924
Premio Lenin de la Paz 1965
Premio Nacional de Teatro 1982
Premio Cervantes 1983

SU OBRA

Rafael Alberti, escritor, guionista, pintor… llenó con sus versos las páginas más importantes de la poesía contemporánea.

POESÍA

Marinero en tierra. Poesías (1924)
La amante. Canciones (1925)
El alba del alhelí (1925-1926)
Sobre los ángeles (1927-1928)
Sermones y moradas (1929-1930)
Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos (1929)
Con los zapatos puestos tengo que morir. (Elegía cívica) 1930
Consignas 1933
Un fantasma recorre Europa 1933
Verte y no verte. A Ignacio Sánchez Mejías (1935)
Nuestra diaria palabra 1936
De un momento a otro. (Poesía e historia) 1937
El burro explosivo 1938
Vida bilingüe de un refugiado español en Francia (1939-1940)
Entre el clavel y la espada (1939-1940)
Pleamar (1942-1944)
A la pintura. Poema del color y de la línea (1945-1948)
Signos del día (1945-1955)
Coplas de Juan Panadero (primera parte) 1949
Buenos Aires en tinta china (1951)
Poemas de Punta del Este (1945-1956)
Retornos de lo vivo lejano (1948-1952)
Ora marítima (1953)
Baladas y Canciones del Paraná (1953)
Baladas y canciones del Paraná (1953-1954)
Sonríe China (en colaboración con las prosas de María Teresa León) 1958.
La primavera de los pueblos (1955-1957)
Poemas escénicos. Primera serie (1961-1962)
Abierto a todas horas (1960-1963)
Roma, peligro para caminantes (1964-1967)
Los ocho nombres de Picasso y no digo más que lo que no digo (1966-1970)
Canciones del Alto Valle del Aniene y otros versos y prosas (1967-1972)
Desprecio y maravilla (1973)
Maravillas con variaciones acrósticas en el jardín de Miró (1975)
Los 5 destacagados (1978)
Fustigada luz (1972-1978)
Rafael Alberti-José Bergamín. Correspondencia en verso (inédita) Roma-Madrid (1982)
Versos sueltos de cada día (1979-1982)
Golfo de sombras (1986)
Los Hijos del Drago y otros poemas (1986)
Accidente. Poemas del Hospital (1987)
Cuatro canciones (1987)
Canciones para Altair (1989)
Homenaje a la Pintura (1991)

Han antologado su obra poética en treinta y cinco ocasiones, entre los años 1942 y 2000.

Cuenta también con una gran cantidad (20 aproximadamente) de obras de teatro y otras tantas adaptaciones realizadas por él de obras teatrales de otros autores.

Rafael Alberti…Pintor

 

 

 

La primera vocación de Rafael Alberti fue la pintura, patente ya en sus primeros años cuando en El Puerto de Santa María dibujaba los barcos y trasatlánticos que hasta allí llegaban. Pero el auténtico descubrimiento de la pintura le llegó 1917, cuando, trasladado a Madrid por motivos de trabajo de su padre, visita por vez primera el Museo del Prado.

Su primera exposición es colectiva y la realiza en 1920 en Salón Nacional de Otoño de Madrid, junto a Vázquez Díaz. Dos años más tarde expone en el Ateneo de esta ciudad. Su pintura vanguardista quedará reflejada en sus liricografías, en las que dibuja sus versos (“diérame ahora la locura que en aquel tiempo me tenía, para pintar la pintura con el pincel de la poesía”). Debajo de Alberti poeta vive siempre el pintor y viceversa. Su poesía es plástica, llena de color, luminosa como su pintura. Antes de escribirla, según él, tenía que verla dibujada. Y su pintura tiene todo el lirismo de sus versos, el ritmo de sus composiciones métricas. En un dibujo que Picasso le hizo, le puso la siguiente dedicatoria: “Del poeta Pablo Picasso al pintor Rafael Alberti”.

Durante su exilio argentino, además de pintar para exponer en 1947 en el salón Arte Bella de Montevideo, muestra sus dibujos y liricografías en las Galerías Via U y en la Bonino, de Buenos Aires. En 1954, y de nuevo en la capital argentina, hará una nueva exposición en Galería Galatea y al año siguiente la Galería Bonino le editará la carpeta “Liricografías”, poemas ilustrados con diez dibujos en color. En 1960 colgará sus cuadros en Galería Acquarella (Caracas), y en el Museo Histórico Nacional, de Bogotá. Su sentido artístico lo lleva a decorar todo tipo de muebles y objetos, como una lúdica actividad para amigos y para complacer puntuales encargos que se le hacían.

Su llegada en 1963 a Italia, pondrá todavía más de manifiesto sus raíces italianas, aunque quizás por la barrera del idioma, se expresa mucho mejor con los pinceles, y se relaciona, más que con poetas, con pintores y grabadores como Quatrucci, Vedova, Cagli o Mastroiani. Con estos últimos aprenderá distintas formas de grabado, entre ellos el grabado en plomo, muy poco conocido, y que asombró al propio Picasso cuando en una de sus visitas a Mougins, Alberti se los mostró. Su inquieta personalidad experimentará con todas las técnicas: témpera, acuarela, punta seca, collages,… Sus carpetas de serigrafías y litografías serán expuestas en las salas más prestigiosas de Italia.

Esta legendaria vida, reflejada en toda su existencia, resulta muy difícil, casi imposible comprimir en unas pocas líneas, pero su paso por el mundo no fue una cosa banal, sino un hecho imborrable.

 

A Rafael Alberti

Rafael, nos has dejado,
calaste en nuestras vidas,
el azul de tus palabras…
de pronto, se volvió gris
y lloramos ese día
que el mundo te vio partir.

Se equivocó la paloma
que en sus alas te llevó,
dejó tristes marineros
a los que tú les cantabas
celestes cantos de amor.

Dónde estará hoy tu voz
que la mar condecoró,
con aquella hermosa estrella
que brillaba allí en tu puerta,
junto a tu gran corazón.

Casi un siglo hubo en tu andanza
por la mar y por la tierra.
Casi un siglo de esperanza
Cantando con alegría.

Hoy tus cenizas se quedan…
Adornando tu bahía.

El 16 de diciembre del 2002 se cumple el primer centenario del nacimiento de este hombre, poeta y dramaturgo, pintor y creador, uno de los más importantes del pasado siglo XX, que dio la vuelta al mundo.

©Victoria Pereira “Lía”

ALFONSINA STORNI (1892-1938)

 

“Soy un alma desnuda en estos versos,
alma desnuda que angustiada y sola
va dejando sus pétalos dispersos.”
Alfonsina Storni

Esta escritora argentina, nació el 29 de mayo de 1892 en Sala Capriasca (cantón suizo del Ticino).

Sin embargo su familia, padre y varios hermanos, se habían trasladado desde Lugano (Suiza) a San Juan (Argentina) en el año 1880 para fundar una pequeña empresa “Cerveza Los Alpes de Storni y Cía”.

La tercera hija del matrimonio Storni, a la que pusieron el nombre de su padre, llegaría a Argentina con cuatro años. En alusión a su nombre, afirmaba años después “me llamaron Alfonsina, que quiere decir dispuesta a todo”

El primer lugar donde fijaron su residencia fue la ciudad de San Juan. Vivieron también en Santa Fe, Rosario, Buenos Aires y Mar del Plata. El primer empleo de Alfonsina fue en una fábrica de gorras. Tenía que ayudar en las necesidades familiares, ya que los proyectos que iban desarrollando tendían al fracaso. Cuando contaba sólo catorce años, se produjo el fallecimiento de su padre.

Sus primeros recuerdos no eran precisamente agradables:

“Estoy en San Juan, tengo cuatro años; me veo colorada, redonda, chatilla y fea. Sentada en el umbral de mi casa, muevo los labios como leyendo un libro que tengo en la mano y espío con el rabo del ojo el efecto que causo en el transeúnte. Unos primos me avergüenzan gritándome que tengo el libro al revés y corro a llorar detrás de la puerta”.

En 1907 y en la compañía de Manuel Cordero, reemplazó a una actriz que se encontraba enferma. Esto decidió que pidiera autorización a su madre para convertirse ella misma en actriz. En esta compañía de teatro recorrió diversas provincias (Santa Fe, Córdoba, Mendoza, etc.) actuando en algunas de las obras que se representaban. Todos estos acontecimientos lograron que fuera una “niña-mujer” a una edad muy temprana y comenzara a sentir que se ahogaba en un ambiente que le resultaba insoportable.

A su regreso a Rosario, se encontró con la sorpresa de que su madre se había casado nuevamente y en ese momento tomó la decisión de estudiar la carrera de maestra.

Al poco tiempo del nacimiento de su hijo Alejandro, comienza a trabajar en el comercio, hasta que el Consejo Nacional de Educación le otorga un nombramiento oficial para ejercer sus funciones como maestra. Desde ese momento, se divide entre la enseñanza y las cátedras de declamación en el Teatro Infantil Municipal Labardén y en el Conservatorio Nacional, donde desempeñó el cargo hasta sus últimos días.

En 1935, le diagnosticaron un tumor del cual fue operada, aunque el cáncer continuó su proceso irremediable. A esto se unieron largos períodos depresivos, motivados por los suicidios de grandes amigos como Horacio Quiroga, Leopoldo Lugones e Egle Quiroga.

En octubre de 1938, viajó a Mar del Plata. Desde allí, envió dos cartas a su hijo y un Poema de despedida al diario “La Nación”. Acabó con su vida arrojándose al mar en la playa de la Perla el 25 de octubre de 1938.

PERFILES

En 1911, decidió trasladarse a Buenos Aires donde llegó pobre, cargada de ilusiones y unos libros de Rubén Darío.

Fue colaboradora en “Caras y Caretas” de Buenos Aires y allí resultó premiado uno de sus cuentos. También hizo incursiones en el teatro, aunque su verdadera fama, mundialmente reconocida, le llegó a través de sus libros de poemas. Colaboró en la revista “Nosotros”, y en algunos diarios de Buenos Aires, como “Crítica” y “La Nación”, donde utilizó el seudónimo Tao-Lao.

Inició su carrera literaria en 1916 con la edición de ”La inquietud del rosal”, donde expresaba sentimientos con un nuevo romanticismo. Viajó por Europa, entre los años 1930 y 1934 y se piensa que estos viajes produjeron en ella un cambio de estilo poético importante, como puede apreciarse en sus libros más logrados.

Alfonsina Storni pertenece a una época que la sitúa entre dos estilos: el modernismo y la vanguardia. En ese periodo histórico crece cualitativa y cuantitativamente el discurso femenino con la certeza de que la mujer no sólo es un ente figurativo, sino un individuo pensante, y no es extraño entonces que la voz femenina sea tan representativa a partir de la primera década del Siglo XX, época en la que destaca Alfonsina entre las primeras filas.

En medio de las tensiones creadas por el protagonismo de los poetas, Alfonsina debe buscar un ajuste, reacomodar la voz y situarla en una perspectiva del discurso. Al hilo de este debate reflexiona críticamente y es una manera de aparecer y encubrirse, de proyectar la imagen y mediatizarla. En su poesía este forcejeo se evidencia en motivos reiterados como recursos tropológicos, tras los cuales se califica al sujeto. Estos elementos connotan el transcurrir poético, los pasos de su evolución, los tanteos del alma de aquella mujer que había llorado una lágrima cuadrada. Estos motivos pertenecen al mundo sensorial del cuerpo y la naturaleza.

Entre sus amigos poetas, se encontraba Amado Nervo, paladín del modernismo junto al propio Rubén Darío. En 1920 conoció a Juana de Ibarbourou en un viaje realizado a Montevideo. Juana, aquella poetisa que escribió sus primeros versos, sin saber que estaba componiendo un soneto, comentó que Alfonsina era una joven que parecía alegre y su conversación resultaba chispeante, y en ocasiones aguda y sarcástica.

Hasta su casa en la calle Cuba, llegó también la poeta chilena Gabriela Mistral la cual quedó gratamente impresionada por el cabello enteramente plateado que rodeaba aquel rostro de veinticinco años.

Perteneció a la Peña del Café Tortoni de Buenos Aires. Allí conoció a Federico García Lorca al cual dedicó el poema “Retrato de García Lorca” que sería publicado posteriormente en su libro Mundo de Siete Pozos. (Por cierto, este café bonaerense va a cumplir pronto ciento veinticinco años de antigüedad).

Su poesía es de una intensa humanidad, estando siempre presente en ella el indignado sentir de la autora frente a la injusta situación de la mujer en una sociedad regida por hombres.

Parte de su obra:

La inquietud del rosal (1916)
El dulce daño (1918)
Irremediablemente (1919)
Languidez (1920)
Ocre (1925)
Poemas de amor (1926)
Mundo de siete pozos (1934)
Mascarilla (1938)
Trébol (1938)

Podría decir que Alfonsina Storni es mi poeta favorita, pero esto no sería totalmente cierto ya que tengo un gran número de poetas favoritos. Sin embargo, Alfonsina es capaz de tocar mis fibras más sensibles hasta hacerme desaparecer en su mundo. En ocasiones siento que me ahogo como ella. Quizá debiera pensar en aquellas palabras que dijo Oscar Wilde “Cuando no conocía la vida escribía. Ahora que la conozco no me queda nada más que escribir”

 

 

RAMÓN MARÍA DEL VALLE-INCLÁN (1866-1936)

Novelista, poeta y autor dramático español, además de cuentista, ensayista y periodista…

Cuando hablamos de La Palabra, no podemos evitar que este sustantivo mágico, nos lleve a través del mundo y de lo que el pensamiento del hombre ha sido capaz de hacer con ella.

La palabra, escrita y hablada, nos enseña como piensan los seres humanos. Desde aquellas parábolas, (palabra latina de donde proviene este sustantivo) hasta los vocablos, en ocasiones absurdos, que en nuestros días atacan sin piedad el oído. La palabra está unida al sonido, al mito, la magia, la poesía, la prosa, la narrativa, en definitiva, está unida al hombre y su historia.

Decía D. Ramón del Valle-Inclán:

“las palabras son espejos mágicos donde se evocan todas las imágenes del mundo. Matrices cristalinas, en ellas se aprisiona el recuerdo de lo que otros vieron y nosotros ya no podemos ver, por nuestra limitación mortal, aún cuando todas las imágenes y todos los verbos sean eternidades en el seno de la luz, como explicaba el mago Apolonio de Tyana. Para el iniciado que todas las cosas crea y ninguna recibe de herencia, la luz es en numen del verbo. Las palabras en su boca vuelven a nacer puras como el amanecer del primer día, y el poeta es un taumaturgo que transporta a los círculos musicales la creación luminosa del mundo”. (sic)

Valle-Inclán, puede que fuera uno de los escritores más importantes de la Edad de Plata de la literatura española. Aún en nuestros días son numerosos los grandes autores que siguen escribiendo sobre su obra.

Este autor español, nació en Puebla de Caramiñal – Villanueva de Arosa (Pontevedra). Allí cursó sus primeros estudios, hasta que en 1885 ingresó en la Universidad de Santiago. En 1892 emprende su primer viaje a México. En este momento empezaron sus largas y estrechas colaboraciones periodísticas. En 1896 fija su residencia en Pontevedra, pero al año siguiente se ve obligado a trasladarse a Francia donde para ir subsistiendo, se dedica a realizar traducciones de otros autores.

En 1907 contrajo matrimonio con la actriz Josefina Blanco, celebrando esta ceremonia en Madrid, donde fija su residencia, aunque su muerte fue en la tierra que lo vio nacer en enero de 1.936. Su paso por Madrid fue bohemio por excelencia y bastante sedentario, llegando a rozar los pozos más profundos de lo que llamamos “estrafalaria vida”. Se le amputó un brazo con motivo de una desavenencia que tuvo con el escritor Martín Bueno, el cual le propinó un bastonazo en la muñeca del brazo derecho y para evitar la gangrena, optaron por su amputación. De cualquier forma, este hecho no impediría que siguiera viviendo su existencia de romántico-modernista llena de las incomprensiones de una sociedad mediocre, que en aquellos momentos estaba acostumbrada a otro tipo de literatura.

La Obra de Valle-Inclán está llena de conceptos antirreligiosos y antinacionales y éste podría ser un motivo por lo cual fue grandemente censurada, no resultando fácil que estuviese al alcance de cualquier lector. Entre 1939 y 1955, toda ella permaneció sin reedirtarse debido a los criterios de censura del franquismo.

“Mi opinión particular es, que como Quevedo, sus palabras en ocasiones llegaban a los límites de la sensualidad y la crudeza, cosa que siempre cautivó a los lectores de ambos.

Quizá por esta valoración ideológica de todo, Valle Inclán daba esta descripción de sí mismo”

Sus propias palabras:

Este que veis aquí, de rostro español y quevedesco, de negra guedeja y luenga barba, soy yo: Don Ramón María del Valle-Inclán.

Estuvo el comienzo de mi vida lleno de riesgos y azares. Fui hermano converso en un monasterio de cartujos, y soldado en tierras de la Nueva España. Una vida como la de aquellos segundones hidalgos que se enganchaban en los tercios de Italia por buscar lances de amor, de espada y de fortuna. Como los capitanes de entonces, tengo una divisa, y esa divisa es como yo, orgullosa y resignada: «Desdeñar a los demás y no amarse a sí mismo.»

Hoy, marchitas ya las juveniles flores y moribundos todos los entusiasmos, divierto penas y desengaños comentando las Memorias amables que empezó a escribir en la emigración mi noble tío el marqués de Bradomín. ¡Aquel viejo, cínico, descreído y galante como un cardenal del Renacimiento! Yo, que en buen hora lo diga, jamás sentí el amor de la familia, lloro muchas veces, de admiración y de ternura, sobre el manuscrito de las Memorias.

Todos los años, el día de Difuntos, mando decir misas por el alma de aquel gran señor, que era feo, católico y sentimental. Cabalmente yo también lo soy, y esta semejanza todavía le hace más caro a mi corazón.

Apenas cumplí la edad que se llama juventud, como final a unos amores desgraciados, me embarqué para Méjico en La Dalila, una fragata que al siguiente viaje naufragó en las costas de Yucatán. Por aquel entonces era yo algo poeta, con ninguna experiencia y harta novelería en la cabeza. Creía de buena fe en muchas cosas que ahora pongo en duda, y libre de escepticismos dábame buena prisa a gozar de la existencia. Aunque no lo confesase, y acaso sin saberlo, era feliz: soñaba realizar altas empresas, como un aventurero de otros tiempos, y despreciaba las glorias literarias.

A bordo de La Dalila –lo recuerdo con orgullo– asesiné a Sir Roberto Yones. Fue una venganza digna de Benvenuto Celline. Os diré cómo fue, aun cuando sois incapaces de comprender su belleza: pero mejor será que no os lo diga; seríais capaces de horrorizaros. Básteos saber que, a bordo de La Dalila, solamente el capellán sospechó de mí. Yo lo adiviné a tiempo, y confesándome con él pocas horas después de cometido el crimen, le impuse silencio antes de que sus sospechas se trocasen en certeza, y obtuve, además, la absolución de mi crimen y la tranquilidad de mi conciencia.

Aquel mismo día la fragata dio fondo en aguas de Veracruz y desembarqué en aquella playa abrasada, donde desembarcaron antes que pueblo alguno de la vieja Europa los aventureros españoles. La ciudad que fundaron, y a la que dieron abolengo de valentía, espejábase en el mar quieto y de plomo, como si mirase fascinada la ruta que trajeron los hombres blancos. Confieso que en tal momento sentí levantarse en mi alma de hidalgo y de cristiano el rumor augusto de la historia. Uno de mis antepasados, Gonzalo de Sandoval, había fundado en aquellas tierras el Reino de la Nueva Galicia. Yo, siguiendo los impulsos de una vida errante, iba a perderme como él en la vastedad del viejo Imperio Azteca, imperio de historia desconocida, sepultada para siempre con las momias de sus reyes, entre restos ciclópeos que hablan de civilizaciones, de cultos, de razas que fueron y sólo tienen par en ese misterioso cuanto remoto Oriente.

Después abrid Santillana y poned en él de mí cuanto más os diere gana. (sic)

Valle-Inclán

FECHAS IMPORTANTES EN LA VIDA DEL AUTOR (Datos obtenidos en Internet)

1892 Primer viaje a Sudamérica (México). Conocimiento del modernismo hispanoamericano.
1895 Publica su primer libro, Femeninas, en Pontevedra.
1910 Segundo viaje a Sudamérica (Argentina, Paraguay, Chile).
1912-1916 Estancias en Cambados, alternando con su domicilio de Madrid.
1915 Solicita del rey Alfonso XIII la concesión del título de “Señor del Caramiñal”.
1916 Viaja a Francia. Corresponsal de guerra en la líneas del Marne.
1916-1921 Se instala en el antiguo priorato de A Mercé (A Pobra do Caramiñal).
1919 Presidente del Sindicato Agrario Católico de A Pobra do Caramiñal.
1921 Tercer viaje a Sudamérica (México, La Habana, vía Nueva York) y Francia.
1921-1925 Reside en “Villa Eugenia” (A Pobra do Caramiñal), alternando con Madrid.
1933 Director de la Academia de España en Roma.
1935 El escritor Victoriano García Martí intenta recuperar la torre de sus antepasados para ofrecérsela en homenaje. (Torre de Bermúdez,
Museo Valle-Inclán).

 

PARA PROFUNDIZAR MÁS SOBRE EL AUTOR (Datos obtenidos en Internet)

– J. Casares. Crítica profana. Madrid, 1916.
– M. Fernández Almagro. Vida y literatura de Valle-Inclán. Madrid, 1943.
– R. Gómez de la Serna. Don Ramón María del Valle-Inclán. Buenos Aires, 1944.
– P. Salinas. Significación del esperpento o Valle-Inclán hijo pródigo del 98, en Literatura Española. Siglo XX. México, 1949.
– W. L. Fichter. Publicaciones periodísticas de don Ramón del Valle-Inclán anteriores a 1895. México, 1952.
– A. Zamora Vicente. Las sonatas de Valle-Inclán. Madrid, 1955.
– J. Rubia Barcia. A bibliography and Iconography of Valle-Inclán: 1866-1936. Berkeley, California, 1960.
– G. Díaz-Plaja. Las estéticas de Valle-Inclán. Madrid, 1965.
– R. J. Sender. Valle-Inclán y la dificultad de la tragedia. Madrid, 1965.
– Revista de Occidente: Homenaje a Valle-Inclán. Números 44-45. Madrid, 1966.
– A. Risco. La estética de Valle-Inclán en los esperpentos y en el Ruedo Ibérico. Madrid, 1966.
– A. Risco. Ramón del Valle-Inclán: 1866-1966. Estudios reunidos en conmemoración del centenario.Universidad Nacional de La Plata, Argentina, 1967.
– V. Paz Andrade. La anunciación de Valle-Inclán. Buenos Aires, 1967.
– A. N. Zahareas. Ramón del Valle-Inclán. An apraisal of his life and works. Nueva York, 1968.
– R. Cardona y A. N. Zahareas. Visión del esperpento. Teoría y práctica en los esperpentos de Valle-Inclán. Madrid, 1970.
– S. M. Greenfield. Valle-Inclán: Anatomía de un teatro. Madrid, 1972.
– R. Lima. An annotated Bibliography of Ramón del Valle-Inclán. Pennsylvania, 1972.
– L. Schiavo. Historia y novela en Valle-Inclán. Para leer “El Ruedo Ibérico”. Madrid, 1980.
– Alfonso Zamor Vicente. Vida y obra de Valle-Inclán. Barcelona, 1990.
– Eliane Lavand-Fage. La singladura narrativa de Valle-Inclán (1888-1915). La Coruña, 1991.
– Leda Schiavo. Valle-Inclán, hoy: Estudios críticos y bibliográficos. Alcalá de Henares, 1993.
– Javier Serrano Alonso y Amparo de Juan Bolufer. Bibliografía General de Ramón del Valle-Inclán. Santiago de Compostela, 1955.
– Congreso Internacional. Valle-Inclán y el Fin de Siglo. Santiago, 1997.
– Xaquín del Valle-Inclán Alsina y Xavier del Valle-Inclán Alsina (comisarios). Don Ramón del Valle-Inclán: 1866-1898. Santiago de Compostela, 1999.

OBRA

Féminas (1895) Posteriormente se editará bajo el título “Historias perversas” (1907)
Epitalamio (1897) Años más tarde esta novela se convertirá en el relato “Augusta” de la colección “Corte de amor”
Cenizas (1899) que luego se convertiría en “El yermo de las almas” (1908)
Sonata de otoño (1902)
Sonata de estío (1903)
Jardín Umbrío (1903) más tarde sería reeditado y ampliado con el título de “Jardín novelesco”(1905)
Corte de amor (1903)
Sonata de primavera (1904)
Flor de santidad (1904)
Sonata de invierno (1905)
El marqués de Bradomín (1906)
Aromas de leyenda (1907)
Águila de blasón (1907)
Romance de lobos (1908)
El yermo de las almas (1908)
Los cruzados de la causa (1908)
El resplandor de la hoguera (1909)

(Datos obtenidos en Internet)

El embrujado (1913)
La lámpara maravillosa (1916)
La media noche (1917)
La pipa de Kif (1919)
El pasajero (1920)
La farsa italiana de la enamorada del rey (1920) Incluida luego en “Tablado de marionetas”
Divinas palabras (1920)
Luces de bohemia (1920)
Los cuernos de don Friolera (1921)
Las galas del difunto (1922) Publicado en 1926 con el título de “El terno del difunto”
Farsa y licencia de la reina castiza (1922) Incluido en “Tablado de marionetas”
Cara de plata (1923)
Tirano Banderas (1926)
La hija del capitán (1927) Este título unido con Farsa y licencia de la reina castiza y Los cuernos de don Friolera aparecen publicados en 1930 bajo el título Martes de Carnaval.
Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte (1927)
Cartel de ferias (1925) Primer volumen de “El ruedo ibérico” y que se convertiría en el libro quinto de “Viva mi dueño”.
La corte de los milagros (1927)
Viva mi dueño (1928)

Baza de espadas. Obra inacabada que se publicó en las páginas de El Sol en 1932 y que sólo apareció en forma de libro en 1985. Estos tres últimos libros constituyen la primera trilogía de El ruedo ibérico, y cuyos restantes títulos nunca se publicaron.

La obra de Valle-Inclán, es un desconcertante e inmenso “TODO” dentro de la Literatura mundial

 

Mis comentarios acerca del libro “Sonata de Primavera”

“Señor Marqués, me confieso humildemente ante vos total desconocedora de vuestras memorias, pero prometo desde este momento en el que comienzo a leer Sonata de Primavera, que debiera ser la primera, pero por capricho de vuestro insuperable autor no sigue un orden cronológico normal hasta tener finalizadas las cuatro, leerme entera vuestra vida y milagros”.

Sólo tenía un conocimiento donjuanesco a través de ese maravilloso Tenorio de D. José de Zorrilla y veo con placer que me encanta este Marqués que se entrega a la experiencia sensual y sensorial como forma de conocer una belleza que le excede o trasciende.

Su autor, D. Ramón del Valle-Inclán, comienza a evolucionar con la creación del personaje (Marqués de Bradomín) hacia un estilo, que pasa del modernismo (quizá influenciado por el gran Rubén Darío) a lo que pasó a llamarse Generación 98.

No debió de ser un Don Juan feo, y dudo que fuese un católico piadoso, en los términos que damos actualmente a esa palabra, pero sí un católico mitológico que simboliza sus ideas pasionales entre su espíritu libertino, tal vez impulsado por el propio Satanás y lo sentimental y artístico de su propio corazón que le lleva a tener una sensibilidad excitante y amorosa. ¿Cómo no caer rendida en los brazos de un hombre que pronuncia en tu oído bellas palabras?. Se puede oler y sentir el amor a través de toda ella.

El Marqués de Bradomín que exalta en su peregrinaje por las Sonatas la realidad de un mundo en decadencia, crea un ambiente al cual te arrastra, metiéndote de lleno en esa prosa poética que exalta los sentidos.

El linaje del siglo XV, hace pensar que, en cualquier caserón del norte de Italia surgirá en amoroso recogimiento un amor tan sutil y desenfrenado a la vez, como lo es el del Marqués de Bradomín hacia María Rosario. En todos ellos, después de visitar sus zonas más medievales puedes encontrar fantasmas puros y delicados como María del Rosario, autoritarios y rigurosos como la propia Princesa Gaetani, o tal vez llenos de hipocresía servil como la de su Mayordomo. De cualquier forma sigue existiendo el brillo de Las Santas Madonas que vibran en su ambiente.

¿Quién es el Divino?. Esta pregunta del Señor Marqués, me hace recordar que, si después de los siglos transcurridos hubiese visto la tumba de ese insuperable Leonardo, no le hubiera quedado la menor duda, apetece quedarse a vivir en esa divinidad.

Maravilloso el fingimiento que llevan a cabo durante todos sus encuentros el Marqués y Monseñor.

“Nos miramos de hito en hito con el profundo convencimiento de que fingíamos por igual”.

Sin embargo, no puede pasar desapercibido que, ambos miran a las mujeres como obras de arte.

El Señor Polonio, (Mayordomo) es ese pozo de sabiduría con el cual todos desearíamos contar en un momento determinado, a la vez que da la impresión de ser también un desconfiado alcahuete. Intrigas, cuchicheos. ¡Oh maravillosa Corte!. Del robo de un anillo y su entrega a una bruja podía depender la virilidad de un caballero.

Volviendo a Xavier …

¿Qué siente ella?. ¿Qué siente por mi?

Tantas veces tiene el donjuanesco Marqués este pensamiento

… ¡Callad…! ¡Callad!

“ Yo tenía lágrimas en los ojos y sabía que cuando se llora, las manos pueden arriesgarse a ser audaces”.

Nunca llegaría a enterarse nuestro donjuanesco Marqués. Sólo el grito de Maria del Rosario quedó pendido en el ambiente.

… ¡Fue Satanás! ¡Fue Satanás!.

El miedo hace siempre culpar a alguien de nuestra desolación.

Xavier … “Ego te Absolvo”

 

 

JOSÉ ÁNGEL BUESA 
buesa

“ La obra poética es indivisible en su unidad, aunque admite la clasificación teórica, y no puede ser repudiada por nadie, ni siquiera por su propio autor. El único fallo inapelable contra un poema, es el olvido; y, en realidad, un poema pertenece tanto a quien lo ha leído y lo recuerda como a aquel que lo escribió. “

José Ángel Buesa y Regato nació el 2 de septiembre de 1910 en Cruces, ciudad de la antigua provincia de “Las Villas”, actualmente Cienfuegos, Cuba. Esta ciudad rodeada de centrales y campos de caña, es un paisaje donde predominan los tonos en verde y azul junto con el color la tierra manchado por el humo de los grandes Ingenios, donde se va moliendo la caña.

A los 7 años comienza a escribir versos. Al llegar a la adolescencia, se traslada a Cienfuegos para continuar sus estudios en el Colegio de los Hermanos Maristas y, más tarde, a trabajar. Cienfuegos, tan próximo a su pueblo natal, le ofrece unos horizontes marinos llenos de belleza, que dejarán en su corazón luminosas imágenes. Posiblemente en aquél entorno empezara a almacenar recuerdos en su mente para alimentar sus poemas. La magia de este paisaje humano y geográfico tiene para el poeta, en aquellos años, un valor incalculable. Después, muy joven, se traslada a La Habana, en cuya Universidad obtiene el doctorado y donde fija su residencia. Vive en un barrio que es como una inmensa provincia: Jesús del Monte. Su vida se convierte en algo violento, soñador, áspero y lleno de una lírica que enriquece su obra. Estudia a los clásicos y trabaja en una oficina, rodeado de números y cifras.

Viaja a Matanzas y comparte la vida con los grupos literarios matanceros de su generación. Se dedica, a partir de ese momento, a escribir novelas radiales durante varios años, convirtiéndose así en un escritor profesional.

En los años sesenta, tras la instauración del poder revolucionario en Cuba, se exilia a la República Dominicana donde trabaja como profesor de Literatura en la Universidad Nacional Pedro Henriquez Ureña.

Fallece el 14 de Agosto 1.982 en Santo Domingo.

 PERFILES

Buesa puede no ser el mejor de los poetas contemporáneos cubanos, pero, paradójicamente, es uno de los más queridos por la gente llana, lo que comúnmente conocemos como “el pueblo”.

Poco ha trascendido de él fuera de las fronteras cubanas, que nos haya sido legado por medios escritos o visuales.

El motivo – aparte de los ya conocidos por todos – es simple: Buesa ha sido y lo es aún, un poeta silenciado y repudiado por el Estado Cubano debido al empeño de editar su obra al margen de las directrices del gobierno.

José Ángel Buesa proviene también, de otro medio no muy alejado de la literatura: la radio. No en vano es uno de los escritores de experiencia más dilatada en el mundo de las ondas, creando su imaginación una nueva manera de escribir los guiones. Esta comunión diaria con la gente sencilla desde una de las emisoras más importantes de Hispanoamérica con una fabulosa audiencia que traspasa las fronteras cubanas, ha contribuido enormemente a hacer de la poesía de Buesa un poderoso instrumento de comunicación lírica, sencilla y llana.

OBRAS POR ORDEN CRONOLÓGICO

La fuga de las horas1932
Misas paganas 1933
Babel 1.936
Canto final 1938
Muerte diaria 1943
Oasis 1943
Odas por la victoria 1943
Cantos de Proteo 1944
Canciones de Adán 1947
Lamentaciones de Proteo 1947
Alegría de Proteo 1948
Nuevo Oasis 1949
Poemas en la arena 1949
Doble Antología 1952
Poeta enamorado 1955
Poemas prohibidos 1959
Versos de amor 1949
Libro secreto 1960
Los mejores poemas 1960
Antología Poética 1969
Tiempo en sombra 1970
Mis poemas preferidos 1971
Horario del viento 1972
Los naipes marcados 1974
Método de versificación 1972
Antología Poética Total (1936-1980) 1981
Para ellas 1982 .
Nada llega tarde – Antología Poética 2001 (Hecha por mi)

BREVE SINOPSIS DE SU TRAYECTORIA POÉTICA

Buesa piensa que la poesía verdadera ha de partir de la fidelidad del poeta consigo mismo, por encima de vaivenes, temas, tiempos o modas. Su manera ha sido preferir el lenguaje cotidiano frente a los parlamentos de una metafísica con traje de poema. Trabajar en la emoción, amando las palabras más simples, las que brotan del diálogo de cada día, en lugar de escribir en gruesos diccionarios vocablos raros y difíciles.

Así, pudiendo deslumbrar a los más intrincados del sanedrín de la literatura “del encerramiento“, Buesa ha tenido un gesto de indiferencia y desdén hacia ellos, cuya consecuencia fundamental ha sido el repudio de la crítica. Demuestra también a veces un sentido lírico del humor, frente a la seriedad densa de tantos que ignoran que saber sonreír es una gran sabiduría humana.

” Señora: según dicen, ya tiene usted otro amante.

Lástima que la prisa nunca sea elegante…”

Continuando con su trayectoria poética, el contacto diario con la gente sencilla, a través de la radio, unido a su temperamento sincero, hace que cada uno de sus poemas sea vivido por Buesa intensamente. Después de “MISAS PAGANAS“, donde se descubren los últimos ecos del modernismo musical, rico en colores, escribe “BABEL”, punto de inflexión en la obra y vida del poeta.

Pero sin duda ha sido “OASIS” el libro más veces reeditado. La primera impresión fue en LA HABANA (Imprenta Verdugo) y se agotó en pocos meses. Eran tiempos difíciles donde escaseaba el papel. El autor reimprimió aquel libro en 1946, añadiéndole numerosos poemas, y se produjo un verdadero fenómeno al agotarse la edición por la venta directa al público en pocas semanas (a pesar de que ya circulaban clandestinamente por todo el país copias de la anterior).

El poeta José Ángel Buesa, borrado de la literatura oficial desde 1959, sigue presente en la vida de su país y de todo el mundo sin saber en realidad lo que ha pasado. Su nombre cruza las fronteras y sus poemas aparecen traducidos en los lugares más remotos del mundo.

A través del tiempo la vida nos va devolviendo toda su obra que, a pesar de su gran extensión, siempre ha sido muy difícil de encontrar, desde aquel momento en que parecía que el poeta había desaparecido de la faz de la tierra.

 

PABLO NERUDA

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LA PALABRA

…Todo lo que usted quiera, sí señor, pero son las palabras las que cantan, las que suben y bajan… Me prosterno ante ellas… Las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito… Amo tanto las palabras… Las inesperadas… Las que glotonamente se esperan, se acechan, hasta que de pronto caen…

Vocablos amados… Brillan como piedras de colores, saltan como platinados peces, son espuma, hilo, metal, rocío… Persigo algunas palabras… Son tan hermosas que las quiero poner todas en mi poema… Las agarro al vuelo, cuando van zumbando, y las atrapo, las limpio, las pelo, me preparo frente al plato, las siento cristalinas, vibrantes, ebúrneas, vegetales, aceitosas, como frutas, como algas, como ágatas, como aceitunas… Y entonces las revuelvo, las agito, me las bebo, me las zampo, las trituro, las emperejilo, las liberto… Las dejo como estalactitas en mi poema, como pedacitos de madera bruñida, como carbón, como restos de naufragio, regalos de la ola… Todo está en la palabra…

Una idea entera se cambia porque una palabra se trasladó de sitio, o porque otra se sentó como una reinita adentro de una frase que no la esperaba y que le obedeció… Tienen sombra, transparencia, peso, plumas, pelos, tienen de todo lo que se les fue agregando de tanto rodar por el río, de tanto transmigrar de patria, de tanto ser raíces… Son antiquísimas y recientísimas…

Viven en el féretro escondido y en la flor apenas comenzada… Qué buen idioma el mío, qué buena lengua heredamos de los conquistadores torvos… Éstos andaban a zancadas por las tremendas cordilleras, por las Américas encrespadas, buscando patatas, butifarras, frijolitos, tabaco negro, oro, maíz, huevos fritos, con aquel apetito voraz que nunca más se ha visto en el mundo…

Todo se lo tragaban, con religiones, pirámides, tribus, idolatrías iguales a las que ellos traían en sus grandes bolsas… Por donde pasaban quedaba arrasada la tierra… Pero a los bárbaros se les caían de las botas, de las barbas, de los yelmos, de las herraduras, como piedrecitas, las palabras luminosas que se quedaron aquí resplandecientes… el idioma. Salimos perdiendo… Salimos ganando… Se llevaron el oro y nos dejaron el oro… Se lo llevaron todo y nos dejaron todo… Nos dejaron las palabras.