Quejas

MENTIRAS

Un racimo de palabras se desprende entre todas las estaciones.
Vomita en verde la esperanza que no atraca
y aplaude con vehemencia el viejo chiste
-ese que siempre cuentan-

Cavo en mi historia de mujer, agonizo en la frontera de la historia…
Todo sigue siendo mentira: promesas sacadas del tintero que se secó vándalo.
Quema la imagen del espíritu, abandonado al sol, no a la justicia.
Como si fuese “tonta”, va pasando la vida y no lo vemos
borra sus huellas el pájaro fusil.

Antes de que se fundan las cenizas malditas,
navegará mi barca entre los humos,
sabiendo que:
Es más fácil matar que vivir.

Esconderse del horror a dar la cara.
Dar una limosna antes que un plato de comida.
Odiar por el camino sin saber lo que es amor.

Mientras…
aparece una luna hermosa en la noche,
nos ofrece todo su esplendor
para que sepamos que siguen existiendo cosas bellas;
y, un perro que se fue, monta sobre ella y la acerca a mi ventana.
Gracias a los dos, olvidaré todo lo que acontece para vivir:
“la magia de vuestras noches”

 

BUSCANDO

Mientras recuerdo una letanía inacabada, voy tapándome los ojos, tratando de ignorar aquellos bultos arropados con cartón.
Temo, como nunca, encontrar bajo ese cobertor:
Un joven amoratado.
Un alcohólico inerme.
Una anciana sin techo.

La conciencia de papel es débil, apenas piensa que son movimientos de una ficción de nuestra vida; no soy capaz de buscar al agresor que, oculto siempre tras su traje y su corbata, abre mí herida a cada paso (¿por qué nadie me dijo que la vida era tan compleja?).

Es imposible que un luto tan enorme sea gratuito… o que, al iris que se congestiona en catarata, no respondan las máscaras.

Resulta curioso ver cortar la vida y la muerte desde la sombra; sentir como se aglutinan sobre la mesa las manos vacías, que esperan un plato de libertades.

Salgo, con el miedo de la soledad nocturna, buscando cristales opacos y vidrieras rotas; el alma se cuela a través del aire, esa apostura pútrida que no consta en la respiración, para volverlo a escribir héroe de mis domingos.

A estas edades, la vida no traiciona sólo se mantiene…

 

 

 

 

YA NO ME ACUERDO

La poesía es la manifestación de la belleza o del sentimiento estético por medio de la palabra,
ya sea en prosa o en verso.
Cada persona interpreta estos sentimientos de acuerdo con sus ideas.

Ya no me acuerdo en que cruel momento
empezó el mundo a ser nefasto;
tanto cadáver podrido en las cunetas,
tantas mujeres matadas por consortes
o tantos niños con armas:
bien de fuego o bien navajas.

Ya no me acuerdo si he escrito algún quejido,
divagación, certeza o desafío,
sobre el maltrato tan pálido y distante,
cuando se extingue la vida sin coraje.

Es tan fácil matar, es barato,
tan despiadado y tan sencillo.

Esas imágenes que pasan ante mi:
las veo,
las oigo,
las lloro…
y me veo obligada a analizarlo.

Quizás me voy haciendo vieja,
me angustia la pena y el dolor.
Esperaba la vida de frente y sin mentiras,
pero me envuelve malvado el maleficio.

Ya no me acuerdo si mi mano encallecida
ha declarado vivencias discordantes.
Ya no me acuerdo si existió un planeta feliz. 

 

 

¿HASTA CUÁNDO?

Cada alborada amanece un duelo, una metáfora que el vulgo ignora.
¿De qué color es madre la caridad?
¿Por qué la fe sólo tiene hebras de oro, que matan por ideal?

En la inmensa cascada donde nace la vida, todos somos iguales y la voz de una boca perfumada, se vuelve tosca con el poder.

¡Qué inmóviles nos contemplan mientras morimos!
¡Cómo atrae la ignorancia hacia el funeral!
Siglos y siglos surcando el lodo, vomitando sangres que apenas nos rozan.

Altiva la humanidad se torna ciega, gusano que persigue su propia gloria, mientras estafa niños y colores.

¿Hasta cuándo?

 

DEL DOLOR Y OTROS SECRETOS

No es pequeño el dolor,
ya no es pequeño.
Se consagró por el camino
y sigue andando,
lo mismo que la soberbia
y su realidad.

Caminamos junto a él,
es el verdugo,
permanece a la intemperie,
no se marcha.

(Sus formas miran,
miran atrás con soltura,
enmascaran los aciagos
escapes de alegría,
ocultan batallas donde el caos
germina lágrimas si compone
un concierto especial para piano)

Quisiera que no hable el corazón
sobre la piedra donde he de tropezar.
El tiempo sabe a dolor, a reserva,
desesperanza hallada en sobresaltos
cuando mi espada incansable lucha.

Acumulo cualquier cosa:
mundo, ser, odio,
voluntad trocada y diferente;
tristes despedidas y levantarse,
recuerdos que atraviesan la garganta,
miedos paridos que pisotean
cien melancólicas sonrisas
y un pensamiento…

(si no sintiéramos dolor
no sabríamos que estamos vivos)

Puede que en un momento
esté contigo más que nunca,
pero hoy… déjame vivir ¡déjame!

SEGUN LAS ESTADÍSTICAS

Según las estadísticas, existen seres humanos
¿dónde? no lo sé, busca.

Tenemos que aprender a vivir
sin temor a las hordas que nos acechan;
a no cobijarnos en amores
pendientes de un talismán.

Los de arriba dicen “guerra”
y nos dejamos la vida entre rastrojos;
los de abajo dicen “pan” y nadie les escucha.

Según se comenta un año y otro año,
se asomará la primavera en el portal
tal vez cargada de tulipanes negros,
de promesas insólitas y absurdas
en las que el infierno está prohibido.

Los de arriba no sueñan, no saben soñar.
Los de abajo, ¡ay los de abajo!,
con un verso y una sonrisa clara
pueden ser indiferentes al castigo.

Yo pienso, -tengo derecho a hacerlo-
“ese ruido dejado por las estadísticas
morirá entre el polvo sin usarse”.

 

ESTÁ CLARO

Está claro:
la humanidad
es la gran ignorada.

Si no,
que sentido tendría
saber:
que todos los días hay
un nuevo crimen.
Un nuevo niño
tirado a la basura.
Un nuevo adolescente
borracho.
Un nuevo cabrón
que no tiene
nada mejor que hacer
que matar a su mujer.

Cada peldaño de nuestros días
está más vacío.

Sólo alimenta
el polen de la violencia,
mientras vamos llenando
sarcófagos con desgana.

Está claro,
que la transición
entre la vida y la muerte
es dudosa,
pero…
¿A quién preguntar?

Los profetas
ya no existen.
Delante del amor,
muere la esperanza.
Delante de los hijos,
mueren los padres.
Delante del guarda,
dejamos el bosque en cenizas.

Está claro:
Existe la mentira.
Está claro.

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Juicio Final «Miguel Ángel» – Capilla Sixtina (Enero 2002)

ASESINATO

Enmudece mi boca de repente
al encontrar en el mundo
tanta incomprensión.

Sangre y lágrimas
por el dolor
que no deja al hombre hallar
motivos para vivir
sin luchas en la mente.

Bombas.
Tiros.
Amenazas.
Atraviesan:
Unas manos que se tienden,
unas bocas con sonrisa,
unos ojos aún con luz.

La mirada de la muerte,
es diferente,
yo la he visto muchas veces.

No conoce clases sociales,
no tiene la pupila azul, pero
en ocasiones
te deja enfrentarte a ella.

El asesinato NO.
Te alcanza en secreto.
La mayor parte de las veces
sin ver con quién compites.

Te deja la mirada despavorida,
ni siquiera un grito
le puedes lanzar.
¿Cómo llamarlo,
odio a la humanidad?

Injusticia falsamente perseguida
que traiciona;
motivo,
afán, y
vida.

SIN SABER QUE DECIR

¿Cómo se arranca
la libertad para los pueblos,
el temblor de la marea
que sube por las venas
cuando no sabes que decir?

Se están llenando las tumbas
de héroes obligados.

Nos estamos inundando todos
de lluvia de lágrimas,
pero no acaba la sequía.

El amor no nos llega.
Las vírgenes se pudren.
El alcohol nos ahoga.
La droga nos consume.
¿Cómo vivir?

Estoy escribiendo
sin saber que decir;
es tan inalcanzable
el zumo del perdón,
tan burlón el eco del dolor.

El tiempo va construyendo
cada vez noches más largas,
angustias más inacabadas.

¿Cómo hablaré, sin que me domine
el horror de los ojos cerrados?

No sé que decir
ante la impávida dureza de la vida.
Me revienta el pecho y lloro,
pero miro al mundo
y sigo sin saber que decir.

PERSONA QUE SUFRES

Mientras la vida
no me niegue su último aliento,
escribiré.

Soy yo la que construye mis versos;
lastimeros y sangrantes,
indecisos o amorosos,
ardientes o mármol frío.

Como cualquier otro poeta,
participo con mis quejas
ante la injusticia,
con mi odio hacia en engaño.

Cuando termine el mundo
de mis sueños,
blasfemaré por mi existencia
maltratada.

Enterraré mis meditaciones
en solitario
y abriré las ventanas
a la solidaridad.

Trataré de caminar a tu lado
persona que sufres
como yo he sufrido;
despertando, y
al apagar la llama
de tu silencio, encenderé
los umbrales
de nuestras esperanzas.

No hay que añorar
la furia del silencio,
algo prosaico
que nos lleva hacia el infierno.

Vamos a hablar:
de haber nacido,
de haber querido,
de haber sufrido.

PALABRA

Podemos luchar.
Todos.
Sabemos que decir.
Manos unidas
sin el sudor frío,
que nos produce
el miedo.

Sin que siempre
nos pase
rondando el terror
al llegar a la esquina.

Sin la ira
que turba la mirada,
al ver unos ojos
cerrados para siempre.

Podemos luchar.
Con la palabra.
Para que nuestros hijos,
dentro de unos años,
no pregunten lo mismo
que un día
preguntaron nuestros padres.

Podemos luchar.
Aunque nunca teñir
nuestras manos de sangre.

La palabra.
La sabia palabra,
que desde la creación
fue uniendo culturas,
no tiene por que
ser ahora
frío en las entrañas.

¡Palabra!
En boca de los abuelos.
En boca de los padres.
En boca de los hijos,
camina por las tierras
borrando el terror.

 

DESCANSAR

Quisiera descansar sólo un momento,
ser una ramera veneciana
o una poeta ciega;
morir apenas en cualquier camino

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Basílica de Covadonga (11-9-2001)

pero descansar.

Sentir que es fácil la alegría,
absurdo el llanto;
entregar el corazón
en amorosa urgencia;
distinguir entre lo obligado
y lo querido,
pero descansar.

Que todo fuera luz
sin ojos muertos.
Que rodaran despacio
los peces y las piedras.

Que aquella muchachita
aprendiera los presagios
que la vida enseña.

Quisiera descansar, sólo un instante,
no tener que recordar
que Dios se ha ido,
tender una cortina
de caricias y besos,
sin la pregunta desgarrada
que me encierra el alma.

Quisiera descansar mas sin saber,
que el descanso óbito
sólo se acerca
cuando es eterno.