Hijos del amanecer

PORQUE AHORA NO DICE

Lo dijo alguien…

Prosigue por el camino vestida de sonrisas,
apenas queda nada de aquel ayer manido;
“bastantes pintalabios pendientes aún de uso,
mil cintas de casete llenas de polvo
y…
el ansia siempre eterna de ser feliz”
¡Lo ha conseguido!

Habita hoy en calles que le dan vida,
mientras el viejo “Yelmo” protege su andadura;
piedras,
aguas,
flores y nubes
le son propicias.yelmo

Tiene un recuerdo fijo para su rey (su perro), -sin lamentarse-
lo escucha entre los montes,  juega con él;
ya sabe que algún día (mejor lejano),
se unirán paso a paso entre la niebla.

Surcando tierra fértil hoy se despierta,
sin moraleja alguna,
sin lujos y sin tapujos;
al instinto solemne de otro color.

Porque ahora no dice y se han callado:
Lugares ya lejanos,

fantasmas y enemigos de aquel ayer.

Quizá logre que vuelvan: hadas, brujas y gnomos
para seguir flotando con la cabeza al revés,
cuando el tiempo sea perfecto.
Porque ahora no dice, mira en silencio,
para no molestar al paisaje.

 

EN CUALQUIER MANO AMIGA

(A todas vosotras, con cariño)

Dulcemente muerde el sol sus palmas
frágiles o indómitas –según se mire-;
mientras las horas duermen en su almohada
sombras y rencores.

Alguna mano amiga le guiña unas palabras ¡vive!

Acuarela de M.Jesús Caubilla

Acuarela de M.Jesús Caubilla

que no te salpiquen nostalgias sin espíritu;
este río no muere al filo de su magia,
se recrea en tu limbo color malva
y regresa un mediodía con sol.

No es necesario decirlo,
en cualquier mano amiga
palpitan las mariposas.

HIJA DEL AMANECER

Ya es mayor,
civilizada
y sumergida.
Ya tiene al paso
los planes para un tiempo.

Va quedando sin cienos,
sin conjuros…
sin burlas;
quizá algún día
consiga ser constante.

Ya tiene a la vejez
pujando por su pelo
y siente en el aire
la sonrisa del agua.

Anda poco en silencio
por su casa de azúcar,
entre el cercano y vago
olor de las gardenias.

Ya es como el loco
que pasa sin mirar,
o como las nubes
tranquilas y ligeras;
la tristeza sin nombre
fallece en su portal;
o busca otro paisaje
con los ojos cerrados.

Ya casi nada importa
-incluido el amor-
es del amanecer,
de los claros del cielo,
del río suavemente
y de sus muchos encajes.

 

LOS PRIMEROS PASOS

En aquella calidez del estudiante
iba encerrada con su alegría sin gastar;
un sueño insomne de luchas por el tiempo
preguntándose cómo sería mañana.

¿Dónde reside la esperanza?
¿Dónde la dicha?

Primeros versos y primeros desengaños,
engendrados en la edad adolescente;
secos laureles, a veces sin aroma,
que derrotaron a la niña despeinada.

Recuerdo que yo no comprendía el aire de los pasos:
retornaban una y otra vez a su encierro, sus fantasmas…
Ráfagas de horror acosaron sus ojos blasfemos.
En un instante todo quedó vacío, entregó la mirada al mar y la voz a la nada.
Siguieron cansados en busca de lo imposible.
Ahora deambulan entre el caudal humano
y las palabras caducan en sus labios.

El viento se divierte ante la enigmática sonrisa, como palpando velos en la memoria.