El mar

MEDITERRÁNEO

Que hermoso ha de ser
mirar al Mediterráneo,
tranquilo te ha de ofrecer
olvido para el pasado.

De pronto un desconocido
te ofrece una caracola,
acercándola a tu oído
oirás bajito las olas.

Mezclar dolor con sus sales
soñando como te gusta,
las rosas con minerales,
¿Todo eso que más da?
en los sueños todo vale.

Tranquila sin oír ruido
de noche el mar y tú.
El bálsamo del olvido.

Las olas vienen y van
las estrellas ya se acercan
las rosas te adornarán.

Por fin abres los ojos
te guardas la caracola,
y ese Mediterráneo
rompe en tu cara las olas.

Adiós al mar y los sueños
ya es triste la realidad,
mas nos sentimos pequeños
sentados de frente al mar.

 

EL MAR

Cuando el mar en un momento
puso sus aguas bravías,
sentí como si se ahogarán
en sus agitadas olas
tus palabras y las mías.

No hablamos, sólo miramos
lo que hablaban nuestros ojos;
y se decían tantas cosas
que al notar que nos amamos,
el mar se lo tragó todo.

Se lo tragó y dio vida
a mil templadas sirenas,
que cuando sale la luna
le cantan al mar sus quejas.

Porque cantan tantas cosas
y guardan tantos enojos,
que el mar bravío no sabe;
si eran las dulces palabras
que se hablaron nuestros ojos.

(expuesto en el Gran Café Gijón)

NI ÉL, NI YO

El nunca fue mar, pero yo tampoco,
el mar era un templo para el amor loco.

El sólo soñaba allí con mis sueños,
de repente el mundo se quedó pequeño.

Las ilusiones, un camino incierto,
que al nacer soñaban con llegar a puerto.

Aprender de la experiencia del mar,
aquellos caminos dispuestos a amar.

El quería abrazar un verso tranquilo.
Yo vivir en su amor sin el alma en vilo.

Encontrar consuelo en espuma blanca,
viendo que las aguas el dolor desbancan.

Contemplar ancianos el mar cercano,
dejando pasar lo que nos era arcano.

Al fin juntos, recordar poco a poco,
no, el nunca fue mar pero… yo tampoco.

MI HOMBRE DEL MAR

Cuando llegó mi hombre del mar traía:
los brazos cansados,
la mirada perdida,
un grito en la garganta,
rencor, y…
melancolía.

Dejó su barca rota
anclada aquí en mi playa,
en mis brazos sus tablas
parecían gemir.

Un azul en los ojos
de profunda tristeza,
al mirar a ese hombre
empezó a sonreír.

Mi hombre del mar
marinero cansado,
en mi playa y mi boca
ahora piensa vivir.

En las noches de luna
al mirar las estrellas;
el recuerda otros tiempos,
otra playa,
otro mar;
pero el tiempo y las olas
van moviendo el celaje,
marinero cansado …
sobre el pecho ambarino
ahora abre los ojos
para ver el paisaje.

Mi hombre del mar
tierra adentro hoy sueña,
y mañana en mis brazos
volverá a descansar.

 

FÁBULA DEL MARINERO

A la sombra de una imagen,
hubo un cruce de destinos.
Un maremoto en la mar.
Perdidos…
dos peregrinos.

Conmovidos se quedaban
los pilares de la tierra,
llegaba un hombre del mar;
un marinero cansado
de sufrir y de llorar.

Entristeció aquellos ojos
que el dolor había cerrado,
y al mirar al marinero
comenzaron a soñar.

¿Por qué fingir marinero
unos sueños no alcanzables?
¿Por qué engañar a sirenas
maltratadas por los mares?

Marinero, marinero;
asomado a esa ventana
nunca vas a decir nada,
me avergüenza tu mirada
sobre mis ojos cansados.

Seria queda tu sonrisa, y
mi imagen
a la sombra,
mas, mi boca
que aún te nombra
espera callar sin prisa.

Un día de nuevo la mar,
habrá de arrastrarlo todo.
Marinero que a sirenas
sólo cubriste de lodo.

BARCO DE PAPEL

En los días de antaño
me fuiste moldeando.
Perdí mi identidad
por hacerte feliz.

Hoy sólo es un error
que al andar me hace daño,
pero mi identidad
no lo quiere asumir.

Navego humildemente
en barcos de papel,
bailando a la deriva
sin guía, ni timonel.

No puedo sembrar flores
que ofrezcan grato olor,
la firmeza en mi mano,
se hundió con el timón.

Esta frágil sonata
que va del pecho al sol;
se derrite en las aguas,
sin barco y sin timón.

No me complace el ir
borracha ahí en la vela,
mientras por cualquier tabla,
cruel el dolor se cuela.

En los días de antaño
me fuiste moldeando,
ahora se hunde mi barco,
mi barco de papel.

 

SIRENA VARADA

Viaje encantado
a orillas del Danubio,
donde un sueño nubio
sentiste llegar.

Viajaste en calma,
el cuerpo y el ama;
en el paraíso
de los sueños sólo,
creías flotar.

¿Quién te despertó?
garza hoy liviana,
que el edén sombrío
tiendes a regar.

Sirena varada
que buscas la calma,
en algún océano
donde descansar.

Mueres en tu roca
sin verde poblada,
un azul inmenso
te muestra la mar.

Escuchas a peces
cantando canciones,
y a las gaviotas
algún Madrigal.

Océanos y ríos
de aguas tranquilas,
Sirena varada
quieres encontrar,
en tu tarde cárdena
de tristes vigilias,
por si un nuevo día
puedes ver llegar.

Pero te despiertas,
y ya no eres nada,
ni Sirena,
ni garza,
ni puedes soñar.

¿Qué han hecho contigo
Sirena varada,
que sueñas baladas
y cantas quimeras
en tu despertar?

 

AHORA LA MAR

Vamos a hablar del mar, marinero:
ahora que te causa dolor,
ahora que tus manos
están negras por el petróleo,
ahora que estás luchando
por no dejarlo morir.

No veo el mar desde mi ventana, marinero;
pero soy sirena dolida
por la catástrofe de los fondos marinos.

Recuerdo lo hermoso que es:
ver como amanece en su lejanía,
ver como se oculta el sol en sus tardes,
ahora,
el error humano ha puesto cristales opacos.

¿Qué nos pasa marinero?
¿Qué nos pasa ser humano?
La mar se vuelve negra.

Los niños mueren de hambre
sin probar los recursos
que la mar guarda,
y el hombre…
el hombre lucha por corregir
los errores del hombre.