Mascarada

Luchas y luchas por seguir
mientras la vida te machaca.
Es curioso:
la suerte juega a su antojo;
va y viene cuando te iergues
en la oscuridad de la tarde
y… la esperas.

No hace falta abrir los ojos
para ver cada rincón del tiempo
junto al silencio que no molesta.

No cabe duda, ni indecisión
hay que continuar con la mascarada;mascarada
devorar los sueños escasos de recelo
(sólo esos que surgen sin piedad
en la quietud de la noche),
deseando que llegue sonriente el alba
meciéndose en el vientre de la mañana.