Condenado

Este laberinto es mío; no me gusta el poder de guerra y paz en los encuentros. Yo vi escrito en las piedras como el amor tendría que morir.
Andaba de puntillas por tu lúgubre cueva, antes de llegar mi llanto hasta la cumbre.

Si volviera a nacer
calzaría las hojas de mi lecho
con un manto
de trigo y de naranjas.trna

Abatida por un calor dolorosamente azul, describía la ternura con letras mayúsculas,
mas…
vulgar e indescifrable
dejaste la cosecha a pleno sol.

Quedas condenado a vivir, a pensarme, a saber que existo.
Mis miedos y mis pasiones me pertenecen.

Pasarán los años, y convertida en diosa de nácar, seguirán mis domingos sin ceremonias; fetichistas sólo del límite seguro, en esta isla blanca donde nadie me dice cuándo debo estar al acecho, ni arrastrarme, ni rodar lejos…

Siempre ausente de ti,
siempre condenado.